La formación inicial en franquicia

En la mayoría de los países el franquiciador está obligado a ofrecer a sus franquiciados formación inicial y continuada. Más allá de la posible obligación legal, la formación es un principio fundamental de la franquicia, ya que es el mejor instrumento para transmitir el "saber hacer" de la enseña.

La formación inicial es aquella que recibirá el franquiciado antes y durante la apertura de su establecimiento y se basa en el adiestramiento sobre la metodología empresarial propia y completa que debe conocer el franquiciado para el inicio y gestión de su actividad. Habitualmente versa sobre, el saber hacer, los conocimientos técnicos y operativos, la transmisión del concepto empresarial, el conjunto de valores y normas, la asistencia técnica, la gestión de recursos humanos, la atención comercial y los suministros.

Los costos de esta formación suelen estar incluidos en el canon de entrada, el cual debe pagar el franquiciado a la hora de firmar el contrato. Lo que suele quedar a expensas del franquiciado suelen ser los gastos de desplazamiento y manutención, de ser necesario, durante el periodo de formación.

La formación inicial deberá de ser completa y detallada ya que con la adquisición de estos conocimientos, el franquiciado se encontrará preparado para el inicio de la actividad, beneficiándose automáticamente de los años de experiencia que le han sido transmitidos a través de la formación.

Dentro del contenido del programa se deben incluir partes teóricas y prácticas. Los conocimientos teóricos se deben plasmar en manuales que deberían ser proporcionados al franquiciado para que tenga la información en el caso de posibles dudas.

Tanto los programas de formación, como los manuales garantizan la cesión del saber hacer y la propia experiencia del franquiciador a sus franquiciados de una manera clara, ordenada y sistemática.

Para realizar estos manuales y asegurarse de la calidad de sus contenidos, muchas veces las empresas suelen recurrir a la contratación de servicios de manualización de su "saber haber" como los prestados por la Consultora de Empresas y Franquicias Grupoius, que facilitarán la estandarización de los procedimientos.

Para afianzar la formación, es recomendable incluir una fase final que incluya el desplazamiento del franquiciado a algún centro piloto de la central, para que pueda observar en la práctica el funcionamiento global del centro de trabajo, y a través de dicha observación sea capaz de poner en práctica los conocimientos adquiridos en su propia unidad de negocio.

Una vez abierta la nueva franquicia, es importante impartir alguna formación en el nuevo centro por parte del franquiciador. Esta práctica es fundamental para integrar el saber hacer de modo eficaz en el nuevo establecimiento.

Hay que tener en cuenta que cuando el franquiciador necesita mayor apoyo por parte de la central es en el momento de apertura, debido a que en este momento es cuando se pone en práctica todo el conocimiento aprendido y justo allí es donde surgen las mayores dudas.

Proporcionar una formación inicial de calidad aumenta las probabilidades de éxito del negocio y establece un vínculo adecuado con el nuevo franquiciado y su equipo, cosa que favorece y afianza la relación establecida en el contrato, una buena formación inicial es sin duda una ventaja para todos los miembros de la red, que puede aportar muchos beneficios para ambas partes.

Las franquicias que ofrecen dicha formación ofrecen una sensación de mayor calidad en el servicio y asistencia a sus franquiciados, lo que a su vez genera seguridad y confianza en la marca.

La expansión en Franquicia

La expansión empresarial bajo la fórmula de la franquicia consiste en desarrollar todo sistema para reproducir un modelo de negocio exitoso y previamente probado, que cuenta con un cierto prestigio y unos procedimientos propios, los cuales son susceptibles a ser transmitidos a terceros.

Al crear una franquicia, lo que se está creando es un modelo contractual en cual una de las partes proporcionará a la otra, conocimientos que le facilitan el éxito, y para lo cual dicha parte, se comprometerá a seguir ciertos parámetros establecidos y al pago de una serie de cuotas.

Para el establecimiento de un negocio en el régimen de franquicia, es necesaria la elaboración de un plan de negocio, el cual debería comprender al menos los siguientes apartados.

1. Definición y viabilidad de franquiciar.

Lo primero que se necesita para garantizar la viabilidad de franquiciar un negocio es contar con un concepto empresarial completo y a ser posible probado.

Este concepto es apoyado con la posesión de plataformas diferenciadas, buenos programas de control, óptimos sistemas para la selección de personal, y aplicaciones informáticas actualizadas que garanticen el aprovechamiento de los recursos.

Además de ello, es necesario contar con una estructura departamental que facilite una correcta comunicación entre todas las partes que la constituyen, un buen uso del marketing y publicidad, cierta popularidad de marca, medios para proporcionar formación inicial y continuada, la concesión de territorios que garanticen exclusividad en la venta y por último la existencia de un contrato claro, detallado, eficaz y ecuánime.

Si no se cuenta con dicha estructura, lo primero a contemplar para convertirse en central franquiciadora es empezar con la planificación de la creación de dichas estructuras y la sistematización de procedimientos, de manera que seamos capaces de definir la estrategia de negocio que tenemos que implementar al momento de trabajar en la expansión.

Se debería de crear una estrategia que tome en cuenta la situación de mercado, políticas de aprovisionamiento, un plan de marketing, la imagen de la marca, atención al franquiciado y sistemas que faciliten la creación de una estructura y control por parte de la red.

En este estudio se deben incluir a detalle las previsiones de crecimiento empresarial y las valoraciones económicas que correspondan a la implantación del proyecto como central de franquicia y como establecimiento franquiciado, de ser posible a tres años.

2. Presentación del negocio y elaboración de la documentación contractual.

Después de valorar la franquiciabilidad del negocio y definidos los aspectos estratégicos para la explotación del negocio es necesario crear un buen soporte documental tomando en cuenta siempre las condiciones legales correspondientes a la normativa nacional para el sector.

Esto debe incluir:

• Elaboración del Dossier informativo de Franquicia.
• Redacción del Precontrato de Franquicia.
• Elaboración del Contrato de Franquicia.

3. Transmisión del Saber Hacer.

Un elemento clave que inclusive, diferencia lo que es franquicia de lo que no, es la transmisión que proporciona el franquiciador de su “Know How” o saber hacer.

Es necesario materializar dicha transmisión a través de la entrega de manuales operativos muy concretos y detallados que contengan dicha información, los cuales permitirán a los franquiciados desarrollar su negocio bajo parámetros uniformes a toda la red.

Estos manuales deberían incorporarán información relativa a la actividad exacta a desarrollar y cómo hacerlo, el papel fundamental de los recursos económicos, técnicos y humanos, el estudio del entorno y sus cambios, y por último las pautas para controlar y mejorar nuestra calidad y nuestra productividad.

Es importante tomar en cuenta la importancia del detalle en estos manuales, ya que se convertirán, en caso de dudas, en el primer recurso de consulta de todos los franquiciados.

4. Plan de Desarrollo Empresarial.

Por último, pero no restándole importancia, sino todo lo contrario, es fundamental contar con una planificación del crecimiento de los puntos de venta de la futura red.

Algunos aspectos imprescindibles en este paso son en relación a la:

• Definición de zonas de implantación prioritaria.
• Análisis y definición del perfil ideal del franquiciado.
• Establecimiento del nivel poblacional estimado para rentabilizar la actividad y parametrización de la zona de exclusividad territorial de una unidad.
• Definición de los objetivos anuales de aperturas y la cobertura geográfica del mercado.
• Establecer claramente la planificación organizativa de expansión.
• Definición de las acciones y vías de comunicación necesarias poder alcanzar los objetivos establecidos.

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